Evolución del dibujo infantil. Etapa preesquemática

Pasamos ahora a la etapa del dibujo preesquemático.

En esta etapa que se desarrolla entre los 4 y los 7 años de edad, el niño hace los primeros intentos de representación, creando conscientemente ciertas formas relacionadas con el mundo que lo rodea.

Una vez que termina la etapa del garabateo, el niño comienza a dibujar de forma más semejante a la realidad que le rodea. Esto configura la característica más importante de este periodo, el paso de las líneas sin sentido a las líneas que representan algo más real, aunque no llegan a ser demasiado precisas.

Es ahora cuando surge el primer símbolo para el niño, la figura humana, que representa la importancia que tienen las personas para el niño de estas edades. Podemos deducir que se trata de un aspecto egocéntrico ya que el hombre es ahora lo más importante.

Al principio de esta etapa el niño dibujara un ser humano muy simple, formado normalmente por un círculo como cabeza y dos líneas como cuerpo; pero poco a poco irá desarrollando sus capacidades hasta llegar a crear un esquema del hombre más detallado que el que tenía al principio de esta etapa: añadirá los brazos, el tronco, los pies, las manos, los ojos, etc. Esto sucede aproximadamente a los seis años de edad.

El niño, en esta etapa, está constantemente en busca de nuevos símbolos que representar, aunque lo que hoy puede simbolizar una cosa, mañana simbolizará otra distinta.

Se puede seguir viendo representado su estado de ánimo en sus dibujos, por ejemplo, al dibujar un sol con cara (soles antropomorfizados), el niño refleja su estado de ánimo en función de la cara que tenga el sol. También aparecen otras representaciones como los coches o los aviones, que relacionaremos con el progreso, y comienzan a hacer repeticiones, es decir, dibujan un determinado número de veces la misma cosa.

En el siguiente esquema podemos ver mejor qué desarrolla el niño a cada edad:

Los colores en esta etapa siguen sin cumplir su objetivo fundamental, aunque adquieren mayor importancia que en la etapa anterior. No son utilizados para diferenciar objetos, ya que para esto utilizan las formas; no podemos explicar claramente porqué utilizan un color u otro, simplemente los utilizan según les apetezca en ese momento.

El siguiente aspecto es importante: la disposición del dibujo en el papel. Esto varía según el individuo y su cultura, pero por lo general el niño situará los objetos en el papel sin ningún orden aparente ya que, para él, el espacio es todo lo que le rodea. Además, únicamente dibujarán aquello que para ellos tenga un significado afectivo, por ejemplo, si en su pijama hay un dibujo de un caracol, seguramente lo dibujará muchas veces.

Es precisamente por esto por lo que los temas que escoge el niño son aquellos que le interesan porque representen algo para él. Las vivencias y su alrededor serán de gran influencia, por lo que debemos motivarles a que dibujen si nos encontramos en su entorno. Además, un aspecto muy curioso es que, según la importancia que tenga un objeto para él, lo dibujará más grande o más pequeño.

En cuanto a los materiales, ampliará la lista que ya tenía en la etapa del garabato, añadiendo, por ejemplo, tizas de colores, lápices gruesos, témpera, etc.

Es importante terminar esta etapa resaltando que el niño no está buscando el diseño, sino que serán el concepto y la forma aquello que intente perseguir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario