Chssss! Silencio!

¿Qué profesor no ha tenido que mandar callar alguna vez a toda una clase? ¿Cuantas veces tendrá que seguirlo haciendo? ¿Por qué se forman barullos en la clase? ¿Es bueno que pase?

En primer lugar, yo creo que estos momentos en que la clase entera en general está hablando se debe a que algo importante, fuera de lo común o sugerente acaba de pasar. Es decir, si nosotros vamos a una clase de, por ejemplo, sexto de primaria, y comenzamos a hablar de sexo, lo más seguro es que la clase se alborote por la cantidad de comentarios a los que daría pie el tema.

Por tanto podemos observar a primera vista que el que se forme barullo en clase es algo positivo. Personalmente, creo que muy de vez en cuando no pasa nada si pasa esto, es más, desde mi punto de vista es algo bueno que los alumnos hablen con los compañeros sobre algo que se ha dicho en clase ya que es indicador de que estamos enseñando algo que seguramente recordarán.

Pero, por otro lado, veo dos problemas a esto. El primero es que esto suceda repetidamente, que sea algo usual en clase. El segundo es que se forme por temas que no han sido sacados en clase, es decir, temas de fuera, cotilleos de los alumnos, comentarios ofensivos, etc.

¿Qué podemos hacer para erradicar estos dos problemas? A continuación presentaré algunas propuestas que me parecen interesantes para poner en práctica en estas situaciones.

Lo primero que podemos hacer es preguntarnos si estos barullos se forman también porque los alumnos están inquietos. Por ejemplo, el día antes de las vacaciones los alumnos suelen estar nerviosos y hablan más. En estos casos que podemos saber o intuir el comportamiento de nuestros alumnos podemos preparar una clase de relajación.

Otra propuesta que veo posible de realizar es plantear al final de cada clase un pequeño debate de cinco o diez minutos de manera que, cuando se forme el barullo en clase, pediremos a los alumnos que lo que quieran hablar lo apunten en una hoja de papel en un momento y lo lean al final de cada clase. Seguro que cuando llevemos unas clases así los alumnos captan la idea y no hará falta que les pidamos que anoten las ideas que se les ocurren, sino que lo harán directamente.

Si lo que queremos es cesar el murmullo general también tenemos los métodos clásicos, como callarnos hasta que los alumnos se den cuenta, se den por aludidos y se callen; o mandar a alguien que salga a la pizarra a realizar algun ejercicio, etc.

Otra solución bastante divertida y que puede dar mucho juego es plantear nuestras clases desde un punto de vista algo cómico, haciendo reir más que hablar, que siempre es mucho más sano. Esta idea fue sacada de un curso que hicimos precisamente con la profesora de esta asignatura, Pilar Pérez Camarero, llamado "Cenicienta en otoño"; concretamente la idea me la dio Roser Palol ya que sus charlas a lo largo del cursos, tanto en sus ponencias como en el resto de conferencias y actividades tenían como respuesta el silencio de la gente, la cual estaba inmensamente sumergida en sus palabras, y solo rompian este silencio para reirse de algun comentario ingenioso realizado por esta mujer. Este método tiene como inconventiente que no siempre podemos estar de broma con nuestros alumnos y, además, no todos tenemos la capacidad que tiene Roser Palol y otras personas para suscitar tanto interés, silencio, risas y admiración cuando hablamos.

Buscando por Internet he encontrado dos enlaces bastante interesantes. El primero de ellos me resulta bastante más positivo que el segundo. Aún así, sobran mis palabras ahora. Este es el primer enlace.

Como idea me parece estupenda y yo añadiría que no solo sean los profesores los que acudan alguna vez a clases de otros profesores, sino que también lo hagan los alumnos ya que de esta manera también fomentariamos el compañerismo y podría ayudar a los alumnos a que se den cuenta de que no solo existe su clase, pues en algunos casos, sobre todo los más pequeños, al estar en aulas separadas, creen que solo está su clase y que el resto hacen otras cosas, y solo aprenden ellos. Por supuesto, aplicariamos esto a primaria, ya que en el experimento que leemos en el texto se hace a nivel universitario.

En el siguiente link podemos ver algunas de las frases que más han utilizado los maestros para mandar callar a los alumnos. Para mi, la mayoria de los comentarios resultan un poco desafortunados.

Finalmente, me gustaría acabar esta entrada diciendo que, para mí, cualquier método es bueno y puede dar resultado sin que necesariamente sea gritando o echando a la gente de clase, aunque en muchos momentos nos gustaría poder hacerlo, incluso cuando somos nosotros los alumnos y estamos en una clase en la cual el típico fondo no para de hablar (generalizando este término de"fondo", ya que no siempre son las personas que se sientan en esa parte de la clase las que no paran de cuchichear).

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